«La deshumanización del arte expresa los trazos infantiles de una sociedad que no quiere salir de una infancia tutelada por el Estado, cuyo paradigma es la pintura de Miró, o la fealdad de los ideales sociales en las civilizaciones técnicas, adecuadamente representados hoy en las piedras colosales y en los artefactos de ingeniería que se colocan en la plaza pública como si fueran esculturas».
Antonio García Trevijano