Fragmento de «Julia o la nueva Eloísa»:
-¡Ah, lo que aumentan mis penas es pensar que terminarán! ¡Vano sofisma del dolor! Buenas palabras que adolecen la razón, de justeza o incluso quizá de buena fe. ¡Qué absurdo motivo de desesperación es la esperanza de terminar con su miseria!
Incluso suponiendo ese extraño sentimiento, ¿quién no preferiría agudizar por un momento el dolor presente con la seguridad de saber que así se termina, lo mismo que se saja una herida para que así cicatrice? Y si la complacencia en el dolor nos agradara, privarse de él quitándose la vida, ¿no es llevar a cabo en un instante precisamente lo que temíamos para el futuro?
-No, milord, no se acaba así con la miseria, así se llega al colmo de la miseria; se rompen los últimos lazos que nos unían a la felicidad. Lamentando lo que nos fue querido, uno se agarra aún al objeto de dolor por el dolor mismo, y este estado es menos espantoso que el de no agarrarse a nada.